Para Beatriz, Sole,
Inés y Willy. Con afecto.
¿Qué escribo ahora?
Me pregunto ¿qué cosa debo escribir ahora? …lo que “la gente” me pide, lo que me inspira la música que escucho, las cosas que me preocupan, aquello que tanto recuerdo de mi infancia, mi experiencia como maestro entre los mapuches, la corrupción que oprime a nuestro país, las cosas de la vida sencilla, los libros que me marcaron, algo de mis amores, por qué me gusta la lengua italiana, lo que imagino de usted, que cosa no creo de la democracia, por qué me molesta el “día de la bandera”? …que le cuente si soy un Templario, un Rosacruz, un espiritista, un soñador ingenuo, un poco anarquista, un filósofo doméstico? ººº ¡Cuántas cosas! ¡Cuántas que sí y cuántas que no! Pero quizá me gustaría contarte como doy clase a las abuelas, como viví en la Cordillera, cuanto me gusta la tortilla de papas y la ensalada de achicoria, como eran mis primeros poemas, como llegué a publicar historietas y que diarios aceptaron mis notas, porque mantuve tantos años un programa infantil de radio, cuánto me gustan los inventos… Qué estudié de psicología, cuánto de filosofía, por qué el profesorado de antropología…
Nunca te conté los deportes que me gustan, cuánto me gustan las plantas y cómo amo a los animales…!
Ufa! Gasté la página en un bla-bla. Pero te prometo que muy pronto te contaré mi gran “descubrimiento”: Cómo vivimos nuestra realidad rodeados de verdades que vamos sosteniendo y alimentando sin darnos cuenta que son mentiras. Sí. Simplemente mentiras. Y son tantas, que pasan a ser “nuestra verdad”.
--- Rolando.---